sábado, 4 de julio de 2009

IGUANODÓN


El iguanodón era un herbívoro de 5 metros de longitud, con una cola más bien larga y musculosa lo convertían en una máquina de defensa inmún a cualquier ataque directo. Además, disponía de unos dedos almohadillados para no hacer ruido con la tierra al escapar de algún carnívoro, pero aún así deja grandes huellas. En sus extremidades delanteras tenían una uña afilada en punta, que le servía de defensa. Esa uña en un momento infringía heridas profundas que alejaban a los depredadores o a los machos rivales. Tenía la cadera de saurisquio, lo que le permitía también mantenerse en equilibrio a dos patas como a cuatro. A pesar de su velocidad, un iguanodón tiene dificultades al enfrentarse en una emboscada con un grupo de velocirraptors hambrientos.

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